Laurent Cantet ofrece detalles sobre El taller de escritura

Laurent Cantet ofrece detalles sobre El taller de escritura

person access_timeMay 19, 2018 show_chart1503 Vistas chatComentarios

Laurent Cantet (La clase) y el guionista Robin Campillo (120 pulsaciones por minuto) regresan a las aulas, para ofrecer un afilado retrato sobre los obstáculos a los que se enfrentan las nuevas generaciones en la película El taller de escritura, novela negra, crónica generacional y crítica política.

En ese sentido, Cantet, durante una entrevista para SensaCine, señaló “Antoine es representativo, por desgracia, de una buena parte de la juventud actual, y que fuera el protagonista nos permitía mirar los mecanismos de seducción de los extremismos. La hipótesis de la película afirma que el aburrimiento y la ausencia de perspectivas hace que estos jóvenes sean muy vulnerables a la llamada de los extremismos. Antoine podía haber escogido perfectamente hacerse yihadista, no es un tipo muy comprometido con una u otra ideología. Sólo necesita que algo ocurra, sentirse activo en el mundo. Los extremismos ofrecen esto. Es cierto que, en el sur de Francia, hay posiciones que se han radicalizado. Por una parte, a los jóvenes musulmanes o de origen árabe se les echa en brazos de la religión; y, por la otra, los movimientos de ultraderecha son cada vez mas fuertes. La crisis de la izquierda ha sido muy fuerte en esta zona: mano de obra extranjera, crisis, precariedad, y las relaciones son cada vez más tensas. No olvidemos los atentados que se sufrieron en la zona. El miedo al otro, en definitiva, ha crecido”.

Asimismo, sostuvo “la coda final de la película es un postulado súper optimista, y creemos que en cuanto uno es capaz de poner en palabras ese malestar y la violencia, o el aburrimiento, que se lleva dentro, te conviertes en actor de tu propia vida y puedes tomar decisiones. Es verdad que es una idea demasiado optimista, pero no tengo muy claro si hay otra solución. Porque la comunicación y el poder expresarse de verdad es esencial. Uno de los jóvenes actores de la película, ya hacia el final del rodaje, me agradeció el haber podido vivir esta experiencia porque era la primera vez que sentía que podía hablar de sí mismo, de entender cosas sin que yo como adulto le dijera qué es lo que tenía que pensar o decir”.



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